miércoles, 21 de abril de 2010

TODA BUENA ACCION TIEN UNA GRAN RECOMPENSA

Hace tiempo cuando aun las personas tenían que lavar a mano en las orillas de los arroyos y cocinaban en grandes hornos de adobe, en un pueblo no muy lejos de Guadalupe había una señora que vendía tamales para poder sacar adelante a su familia pero para poder hacer esto tenia que pagar para poder moler el nixtamal y aun así caminar hasta el pueblo vecino donde estaba este servicio así tuvo que estar trabajando durante varios años y sacar muy pocas ganancias y pocas posibilidades de ayudar a su familia pero un día en camino de regreso a su pueblo se encontró con un joven que a duras penas caminaba y casi a punto de caer la señora se acerco le ofreció unos tamales y algo de agua, ella sin esperar nada a cambio le apoyo y brindo alimentos, al ver que se quedo dormido lo dejo y algo de alimento y retomo su camino ya que aun era largo.

Al día siguiente cuando muy temprano iba a vender sus tamales justo en el lugar donde dejo aquel joven estaba un molino algo desgastado pero de gran utilidad, la señora lo recogió y lo llevo a casa lo que no sabia la señora es que no solo de daría apoyo en su trabajo si no traería buena suerte, a los pocos días ya después de tener su propio molino y hacer mas fácil su producción de tamales y mayor numero de ellos se volvió a encontrar a ese joven el cual resulto ser un gran empresario y regreso en busca de quien le salvo la vida para proponerle un grandiosos trabajo, después de eso esa señora, su familia y toda la regios se beneficio con este negocio de tamales, su popularidad llego hasta otros estados siendo esta la historia de doña chela y sus tamales se dice que en la actualidad sus herederas continúan con el negocio aunque no tienen el mismo sazón de aquella señora que en base a esfuerzo y sufrimiento logro sacar adelante a su familia y su pueblo demostrando que todo esfuerzo tiene un a gran recompensa.

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